Este producto fue uno de mis mayores descubrimientos del año pasado en tratamiento facial.
Se trata de una manteca para labios, las cuales suelen aportar cuidado más intenso y nutritivo que un mero bálsamo. Promete humectación prolongada y contiene manteca de karité y aceite de almendras.
Pese a ser manteca sólida derrite genial cuando pasamos el dedo, la textura se vuelve ligera y la aplicación es cómoda y agradable.
Hay que vigilar en no excederse con la cantidad, ya que si nos pasamos, los labios pueden quedar blanquecinos. Si estamos en casa da igual, pero si no, hay que llevar ojo. Aunque no es un drama: pasamos el dedo sobre los labios y seguimos extendiendo la manteca, y el blanco desaparece enseguida.
Fuera de eso, la sensación es extremadamente confortable y deja los labios genial, bien nutridos durante largo tiempo.
Posee un olor a coco muy muy flojo, imperceptible. Me habría gustado que oliera más pero tampoco se publicita como producto aromático, y en su función principal ya digo que funciona de lujo.
Contiene 16.7 gramos, frente a los 4 o 5 que suele llevar el típico bálsamo de labios. Además de la inmensa cantidad, otra cosa que me gusta es que la latita es pequeña y finísima, muy práctica para llevarla a cualquier sitio.
Costó 1.50 euros, de importación en Dealz. Qué pena no haber pillado más unidades: había un montón pero debieron vender todas y ya no han vuelto a traer (como pasó con la fabulosa mascarilla NutriGloss Luminizer de L´Oreal; cómo la echo de menos).
NOTA: 10 / 10
Cual fue mi sorpresa al descubrir que hay más variedades:
