He comentado esmaltes Pink Duck: desde que descubrí esta marca prácticamente son los únicos que compro, pues ofrecen una variedad inmensísima de colores, efectos y acabados, unido a que me salen muy buenos y solo cuestan 1.50 euros (antes 1). Los compro en Primor. Creo que han cambiado de nombre y ahora se llaman Wild & Young.
Tras dos esmaltes de la Metal y uno de la Magical, hoy le toca a la Glint Collection. Los esmaltes de esta colección en teoría dan brillo colosal: me troncho y me mondo.
El 325 es un dorado simplón y apagado, de esos oscurecidos y con cierto matiz anaranjado o marrón, en lugar de super amarillos que son los dorados que me gustan. Y no es color feo para nada, pero lo desluce completamente su acabado tan mediocre. El "brillo increíble" no sé dónde está. Además, queda como a rayas y se le echa en falta más uniformidad y un mejor acabado general. Entre que el color no es nada del otro jueves, que no queda liso y que apenas brilla, es imposible que quede más soso y tristón. No luce nada, prefiero llevar las uñas sin pintar.
Una cosa positiva es que lo tengo dos años y pinta como el primer día, no se ha resecado ni espesado. Y en duración cumple muy bien, es resistente y me aguanta 2 o 3 días hasta que empieza a descascarillarse. Donde la pifia es en el acabado visual.
Tengo un esmalte dorado de la marca Bronx Colors que ese sí queda espectacular y megabrillante. Me quedo solamente con ese y tiro el de Pink Duck. Como en el maquillaje, prefiero tener un solo producto que me encante, a acumular varios maluchos o reguleros.
Menudo chasco, con lo tremendos que me salen los esmaltes de esta marca. Supongo que tenía que aparecer la excepción, y de esta colección Glint no vuelvo a pillar ninguno.
NOTA: 4.5 / 10