viernes, 12 de enero de 2024

El mito de las dependientas de perfumería "bordes" y "maleducadas"

Entre mujeres siempre se ha comentado que las dependientas de perfumería suelen ser bordes, antipáticas, maleducadas, lo de acecharte creyendo que vas a robar... Ante tantas opiniones así, yo siento que vivo en una dimensión paralela. Vaya por delante que no he trabajado de ello, pero no quita para que ciertas cosas me sorprendan / indignen.

Llevo décadas acudiendo a mil perfumerías, y JAMÁS una sola dependienta me ha tratado ni medianamente mal. Todo lo contrario: cero quejas de ninguna en años y años, y me hablan tan simpáticas y agradables que dan ganas de pedirles matrimonio. Siempre me dirijo a ellas con infinita educación, amabilidad y buen rollo (hace años empleada mirándome con adoración mientras decía "qué maja y cariñosa eres, ojalá todas las que vienen fueran como tú"). Cada vez que me acuerdo me alegra el día. O por ejemplo si me gusta mucho su maquillaje no me corto y se lo digo ("disculpa pero me encanta cómo llevas el ahumado, chulísimo cómo has combinado los colores"). Y la chica te lo agradece y se le iluminan los ojos, entre tanta gente insoportable que tendrá que aguantar. Intento que ellas estén a gusto y yo lo estoy con ellas, y es que, si el cliente se dirige al trabajador muy bien, lo lógico es que éste le devuelva el mismo trato. Todos ganamos.

Quienes aseguran que las dependientas de perfumería tratan mal, me gustaría observar cómo hablan unas y cómo hablan otras. Igual omiten algo, y no vaya a resultar que en realidad las bordes sean las clientas. Porque yo sí he visto en perfumerías a chavalas hablando fatal a las trabajadoras, y también mucha tela con señoras mayores. Gentuza que creen que las dependientas son una especie de esclavas o seres inferiores a las que pueden tratar de cualquier manera. Ah, y como trabajes de cara al público y seas guapa, asume desde el primer día que otras mujeres te van a criticar hasta por respirar.

No niego que pueda haber dependientas con trato dudoso, pero de ahí a generalizar como si todas fueran Satán... lo dicho: habré tenido suerte todos estos años siendo atendida por mil chicas distintas. Qué casualidad. E igual una empleada tiene un mal día y está cabreada (por soportar gentuza), pero dudo enormemente que si tú le hablas muy bien, ella te responda mal.

Me flipa que se demonice tanto a las dependientas cuando yo he visto siempre lo contrario: clientes que tratan mal a empleados, en cualquier trabajo de cara al público. Menudas tragaderas quienes trabajan en tiendas o supermercados, camareros, repartidores, médicos y mil más: lo que aguantarán a todas horas con maleducados/as que les hablan fatal, qué fuerza de voluntad para callarse y no terminar a guantazos. O la fiesta de las reseñas en Internet donde te despellejan el negocio por auténticas tonterías, cuando no directamente mentiras. "El cliente siempre tiene la razón" = los cojones.

Y que tienen que vigilar a tope por los robos: y MÁS que tendrían que vigilar, con todo lo que roban en perfumerías. Que no es agradable que te observen, pues claro. Pero ten sensatez, ponte en su lugar y reflexiona en que no lo hace porque ella quiera sino porque sigue órdenes y si no las cumple la despiden. No son videntes y tienen que controlar a todo el mundo sin excepción (da igual que lleves peor o mejor pinta: robar roba hasta la que va más arreglada y parece que no ha roto un plato). Que te mire todo lo que quiera, tú a tu bola y con la conciencia bien tranquila. Céntrate en mirar los productos y haz como que no está. Y si se acerca con el "¿te puedo ayudar?" contesta amable y sin ponerle cara de asco. Por cierto me comentó una dependienta que les roban barras de labios y sombras de ojos mediante un "método" que no voy a poner por no dar ideas, pero hay que ser CUTRES. Y con tanto robo no van a vigilar, claro. Ten un negocio y luego hablas. Y que me sigan me habrá pasado en contadísimas ocasiones. También procuran quedarse cerca por si quisieras preguntar algo de un producto, pero eso no lo pensamos ("me hestá ziguiendo porke cree ke boi a robaaar"). Y lo normal es que pasee sola por los estantes y no tenga empleada cerca, pero igual es porque no muestro intenciones dudosas. Que esa es otra: no vas a robar, pero igual no te das cuenta y transmites señales rarunas. El lenguaje corporal y otros detalles visuales son importantísimos, y hasta para mirar en tiendas hay que saber.

Así que lo siento, pero visto lo visto durante años en mil establecimientos y trabajos de cara al público, salvo casos justificados siempre me voy a poner de parte del trabajador o de la empresa, que del cliente promedio.

Muchas gracias a las empleadas que me hacen estar a gusto en perfumerías u otros comercios. Sobra decir que incluyo a los hombres, lo que pasa es que en perfumerías mayoritariamente curran mujeres y por eso me refiero a las dependientas en femenino, pero abarco a cualquier hombre que trabaje de cara al público y que también siempre me tratan fenomenal.