Hasta ahora, lo más caro que tenía en maquillaje era la paleta The New Nude de Huda Beauty (68 euros), seguida por las paletas Game of Thrones de Urban Decay y Desert Dusk de Huda Beauty (65 euros c/u). Y si me dices no hace mucho que iba a gastarme 120 euros en un producto de maquillaje, me estoy riendo hasta rodar por el suelo.
La lujosa y "barata" firma japonesa Shu Uemura lanzó en octubre una deslumbrante colección de Sailor Moon. Me enamoré de la impresionante paleta de sombras con forma de luna, pero pasé de comprarla por: 1) Shu Uemura no hace envíos internacionales -ni la web japonesa ni la estadounidense, y en Europa no tienen página-. 2) Ya partiendo de que no podría conseguirla por lo anterior ¡¡costaba casi 100 euros!!. 3) Justo acababa de comprar otra preciosa paleta de Sailor Moon, la de ColourPop.
Ahora mismo mientras escribo estoy viendo episodios de Sailor Moon. Así pues, entre que nadie la mandaba a España, el precio y que acababa de pillar la paleta de ColourPop, decidí ignorar la de Shu Uemura. Más tarde vi que era posible comprarla en un par de perfumerías que envían a todo el mundo cosméticos de Japón: BonBon Cosmetics y Alpha Beauty. La primera no me daba mucha confianza, a diferencia de la segunda que sí constaté que es tienda 100% real y con muy buenas críticas a la hora de comprar cosmética japonesa desde otros países. Aparte de esas dos tiendas, la paleta la venden en Ebay (más cara aún). Así que la mejor opción era Alpha Beauty. Se quedó en 94 dólares estadounidenses + 14 del envío = 108 dólares. Se sumaron casi 8 por comisión de Paypal por comprar a Japón -en estas dos perfumerías solo se puede pagar con Paypal-. En total y al cambio de divisa, la broma han sido 111,54 euros.
¿Por qué la pillé al final, cuando había decidido un rotundo "no" por el precio y por tener la de ColourPop?. Recientemente completé todos los Desafíos de Maestría del Assassin´s Creed Valhalla. Si los habéis jugado o conocéis a alguien que lo haya hecho se me comprenderá. Me llevó un par de semanas y tropecientas horas superar todos, siendo probablemente lo más complicado que he hecho en un videojuego, y no he jugado pocos. Algunos son más fáciles pero otros me costó una barbaridad completarlos -un beso al que iba con tiempo, que hasta que conseguí hacerlo casi me da un ataque-. Muchos jugadores no logran superarlos y del cabreo los abandonan y con razón (estos Desafíos han sido muy criticados por su dificultad y por bugs). Quise abandonar yo también, pero como todos los juegos me gusta hacerlos al 100% y no dejarme nada, seguí intentándolo. La tensión, desesperación, dificultad y esfuerzo llegaron a tal punto que me prometí que si lo conseguía me compraría la paleta de Shu Uemura.
Es el producto de maquillaje y cosmética más caro que he tenido, pero que me quiten lo bailao. Y como siempre digo, estas paletas se amortizan con creces por la calidad y sobre todo porque duran mil años. Sobra añadir que cuando termine las sombras, el estuche lo guardaré como adorno. Eso sí: ha sido algo extremadamente excepcional y por lo fanática que fui de Sailor Moon y el factor nostalgia / coleccionismo (y ya tengo regalo de Navidad), pero ni harta de absenta me vuelvo a gastar esta pasta en un cosmético.
EDITO: ya la recibí, y al final han sido 120 euros por otros 9 que me han cobrado en Correos por tema aduanas. Nunca había tenido nada de Shu Uemura, y a esto le llamo yo estrenarse a lo grande... Lo dicho: primera vez, y la última.