Casi todas mis paletas de sombras son de alta gama, y lo único malo que tienen es que no suelen incluir aplicadores. Excepción: las de Urban Decay (mis Naked 3 y Ultraviolet sí llevan pincel, aunque no la paleta Game of Thrones). Pero esas dos son las únicas. El resto, ninguna incluye pincel. Y con los precios que tienen ya les vale, sobre todo cuando luego paletas baratas sí llevan aplicador.
Si me maquillo en casa uso los pinceles normales y ya está, pero si me desplazo y llevo alguna de mis paletas, una de dos: o me llevo también mi estuche grande de brochas y pinceles, o me aplico las sombras con los dedos. Lo segundo lo hago mucho y pese a tener dos estuches de pinceles ya escribí un post sobre las ventajas de maquillarse con los dedos. Pero hay veces en las que se agradece usar pincel, sobre todo cuando te aplicas sombras oscuras, o purpurinas como las de la paleta High Tides & Good Vibes de Tarte.
Por este motivo, me he hecho con un set de pincelitos pequeños especialmente orientados para viajes. Hacía siglos que no compraba nada de Catrice: era adicta al corrector Camouflage Cream, siendo el único producto de la marca que compraba habitualmente (y volveré a comprarlo, lo echo de menos). Quitando ese fantástico corrector, Catrice es una marca que nunca me ha llamado la atención.
Este set de esponjas aplicadoras no tiene misterio: incluye tres pincelitos de esponja en un pequeño envase de plástico, ideal para llevarlo por ahí. Lleva cierre hermético, muy cómodo. Los pinceles pintan perfectamente, tanto al aplicar la sombra como al trabajarla y difuminarla. De momento se ven de calidad, duritos y resistentes, no como esos pincelitos de esponja que a la tercera aplicación la endeble esponjita se desgarra y se rompe.
Si miramos la foto de arriba, el dibujo del cartoncito que va en el estuche (se puede quitar) no coincide con el que a mí me enviaron -foto abajo-.
Pues eso: genial y comodísimo producto que cumple perfectamente para lo poco que se le exige. Me ha sacado del apuro cuando me desplazo: ya no necesito llevarme el estuche grande de pinceles. Esperemos que las esponjitas no se rompan, y ya digo que no tiene pinta. Costó 1.99 euros en Primor.
NOTA: 10 / 10