viernes, 4 de marzo de 2022

Khol árabe tradicional (polvo y palito) - Khojati

El khol es tradicional de países árabes y sur de Asia y su uso se remonta a la Antigüedad, siendo durante siglos el método por excelencia para maquillarse los ojos. Tanto mujeres como hombres, pues recordemos que por ejemplo en el Antiguo Egipto hacerse la raya del ojo no era solo por estética y también tenía función de colirio, bactericida y protector de los ojos (el khol los protegía de enfermedades, irritaciones, de la luz solar o de las arenas del desierto). También se creía que su uso protegía del mal de ojo.

En la parte estética, el khol árabe es legendario desde hace siglos por dotar a los ojos de un negro profundo: la misteriosa, oscura, seductora y hechicera mirada a lo Mil y Una Noches. El maquillaje árabe es mundialmente conocido por su espectacularidad, belleza y sensualidad, y uno de los elementos que ha cimentado esa fama es el khol.

Actualmente sigue existiendo, y si viajas a países como Marruecos lo encuentras por toneladas en los zocos. En España igual puede ser difícil de encontrar, pero lo tienen en webs de tiendas de productos árabes, y también en Amazon.

Llevaba tiempo queriendo probarlo y al fin lo hice. Compré el de la marca Khojati, se llama Al-Sherifain. Fabricado en India, concretamente en Sinnar (Maharashtra). Costó 5 euros en Amazon y vienen dos unidades. 

Libre de plomo, totalmente natural y formulado a partir de carbón vegetal -desintoxicante-, alcanfor -analgésico, antiinflamatorio, antiséptico, antiviral y bactericida-, menta -antiséptica- y mezcla de especias y hierbas como la cúrcuma -antiinflamatoria-.

La caja contiene el pequeño tarrito con el polvo, un palito aplicador de cristal y un papelito con instrucciones.

Supuestamente son 0.40 gramos pero a mí me vinieron los dos botes llenos por la mitad. Ojo con esto pues he leído en opiniones en Amazon que es una lotería la cantidad que te llegue: unos botes estarán medio vacíos, otros llenos hasta arriba y otros como los míos por la mitad, o igual te llega uno lleno y otro por la mitad, etc. Digo yo que lo justo sería que a todo el mundo le llegara la misma cantidad y llenos hasta arriba, pero bueno.

Al aplicarlo, lo primero que notamos es un picor que enseguida se traduce en una inmensa sensación de frescor en el ojo. Es tan fuerte el efecto que al principio incluso asusta, pero la verdad es que cuando te acostumbras es tremendamente agradable. No olvidemos que más que producto de maquillaje no deja de ser un colirio mentolado. Al enorme frescor se le suman un espectacular olor a menta y que el ojo empieza a lagrimear bastante, señal de que se está "limpiando". Lo de llorar desaparece en breve y menos mal, dado que nos estamos maquillando y no veas qué follón liaríamos. Si nos estamos haciendo un maquillaje completo, indispensable aplicarse este khol lo primerísimo de todo.

Se supone que por ese efecto limpiador hace el ojo más blanco y por tanto ilumina y embellece la mirada pero yo no noté nada, igual es porque de por sí ya suelo tenerlo muy blanco.


Solo se aplica en la línea de agua, tanto la inferior como la superior. Para la raya en el párpado lo probé y ahí no pinta bien, quedando un negro muy débil y a trozos. Así que yo lo aplicaba en las dos líneas de agua, y la raya normal me la seguía haciendo con lápiz.

El método famoso de meter el palito al principio del lagrimal, cerrar el ojo y deslizar el palito hasta el extremo opuesto, a mí no me sale. Lo aplicaba con el palito pero como si estuviera usando un delineador convencional.

La aplicación me pareció un COÑAZO. Con mi lápiz me hago la raya negra en la línea de agua en 5 segundos literal, mientras que con este khol tenía que tomarme mi tiempo. Hay que empapar el palito más de una vez, ya que o se desprende polvo (lavabo y mejillas: preparaos), o coge demasiada cantidad y hay que soltar un poco. El caso es que a la primera no consigue pintar toda la línea ni de lejos y hay que ir por zonas: primero pintas en una sección, vuelves a empapar el palito, aplicas, vuelves a empapar, aplicas, pasas a otra sección... le cuesta cubrir y depositarse sobre la línea de agua, y pasa un rato hasta que por fin consigues dejar bien negra toda la línea. Hay que ir poco a poco, repasando y repasando a lo largo de la línea. Igual sería mejor usar un pincel de maquillaje convencional, porque en serio que este palito es una birria.

A semejante maravilla de aplicación, sumar que puede caer polvo tanto en la cara como en el lavabo. Por esta causa también es imprescindible maquillarse con él primero, para poder limpiar bien el rostro si se mancha y que no nos fastidie el maquillaje. La tercera vez que lo usé me cayó en la camisa. Es horrible lo que MANCHA y eso que llevé sumo cuidado, y las tres veces luego tuve que estar limpiando el lavabo a conciencia. Asimismo suele quedarse acumulado polvo negro en el lagrimal, así que a limpiar con un bastoncito.

Cuando la camisa, se me cayó el palito al suelo y se partió en trozos. ¡Era una detrás de otra!.

Y tuve que quitar la etiqueta del botecito dejándolos así de feotes, ya que abarcaba todo el envase y si querías abrir la tapa tenías que romper todo el plástico por narices, no como esas etiquetas con abrefácil en las que solo rompes el plástiquito de la tapa y dejas el resto.

Colofón: el negro está bien, pero no es nada del otro jueves. Mi Tattoo Liner de Maybelline me queda infinitamente más negro y marcado. Respecto a la duración, cierto que dura bastante pero no es infalible ni muchísimo menos y con el paso de las horas el negro va perdiendo intensidad e incluso desaparece en alguna zona.

Es que menuda diferencia: el Tattoo Liner me deja la raya (tanto en párpado como en línea de agua) ultra-negríiiiiiiisima y no se mueve del sitio llueva o truene, lo aplico en segundos y no mancha nada. Pues sigo haciéndome la línea de agua con él, y los dos botes de khol fueron a la basura. Solo lo utilicé tres veces pero fue suficiente.

No le veo nada positivo, en todo caso la tremenda sensación de frescor. Fuera de eso, como maquillaje es horripilante: la aplicación es lenta y muy incómoda, tienes que ir con lupa para no manchar y dejarlo todo perdido, hasta que no dejas de lagrimear no puedes seguir maquillando, solo vale para la línea de agua, no viene el tarro lleno, envase feo, y en duración e intensidad del negro repito que mi lápiz de Maybelline le da 20 millones de patadas de taekwondo.

Al menos solo fueron 5 euros, y ya puedo decir que me he maquillado los ojos como Cleopatra, Zenobia, Sherezade... Siendo apasionada de la Historia y mitología antiguas y civilizaciones como la egipcia, ha estado bien como curiosidad de probar un cosmético tan legendario, pero no quiero volver a verlo ni en pintura. Una lástima pues lo compré con mucha ilusión y ya pensaba que se convertiría en cosmético habitual mío, pero madre mía...

Podéis hacer como yo y probarlo por curiosidad, por la frikada... pero en verdad lo mejor sería ahorrarse los 5 euros. Y no me canso de recomendarlo: por 4 euros tenéis el Tattoo Liner que deja la raya (línea de agua incluida) más negrísima imposible y aguanta como recién hecha todo el día, y no tienes que estar con miedo de acabar con la mejilla, lavabo o ropa tiznados de negro.

Este producto tendrá mucho encanto ancestral, pero para hacer la raya negra, a mí denme los métodos actuales.

NOTA: 2 / 10


Para quien quiera algo similar al khol árabe pero infinitamente más cómodo, limpio y eficaz, están los excelentes eyeliners en gel. La aplicación es igual (tarrito + palito / pincel), con la diferencia de que en lugar de ser polvo suelto es crema compacta y pintan a la perfección al tiempo que manchan cero. Mis favoritos son los de Bobbi Brown, L´Oreal y Maybelline, todos comentados en el blog.