martes, 22 de diciembre de 2015

Dream Matte Mousse - Maybelline New York


Si bien no es perfecto, este es mi maquillaje favorito de todos los tiempos. 

Lanzado hace 11 años (ahí es nada), permanece a la venta en la actualidad. Que una base de maquillaje y cualquier cosmético en general resista tanto tiempo en el mercado no es moco de pavo, y es que estamos hablando de la base de maquillaje más vendida del mundo -refiriéndonos a marcas de drugstore: en cosmética selectiva es la Double Wear de Estée Lauder-. 

Todos los años Maybelline New York saca productos nuevos y retira o renueva los antiguos, y que después de tanto tiempo mantengan a la venta un cosmético dice mucho de éste. Dream Matte Mousse ya es un auténtico clásico en el mundo de la belleza, junto al otro producto de Maybelline que resiste los años como un campeón: la mítica máscara de pestañas Great Lash, a la venta desde 1971 y utilizada muchísimo por profesionales en cine, TV y moda. 

Desde su lanzamiento hace 11 años la he comprado innumerables veces. No soy la única: este best-seller de Maybelline continúa a día de hoy cosechando un tremendo éxito de ventas. Y no es para menos.

Fue la primera base en mousse, y debido a su arrase en ventas desencadenó una corriente de legiones de imitadoras en la mayoría de marcas de maquillaje. Pese a ello, la reina de las bases mousse siempre ha sido y será la de Maybelline. 


Su innovadora y original textura mousse batida es una GOZADA: da gusto tocarla y se aplica y difumina tan suavemente que parece un sueño, tal y como reza su publicidad. Es un maquillaje espumoso, ultra-ligero y suavísimo que se aplica con los dedos, aunque también puede trabajarse con pincel. Debido a su particular textura es más fácil y rápida de aplicar que las tradicionales bases fluidas.

El resultado está a la altura de su fabuloso tacto: DEJA LA PIEL ALUCINANTE, ULTRA-PRECIOSÍSIMA, cutis de melocotón total y 100% perfecto, matificado, liso y suave, con cero imperfecciones (en Youtube vi a una chica con acné super fuerte usar esta base y el cambio era brutalísimo: pasaba a cutis de anuncio y no se le veía un solo grano). Ni con el Photoshop. Como digo, en Internet podemos ver fotos de chicas antes y después de aplicársela: los resultados son increíbles y todas lucen pieles maravillosas. Y si se tiene la suerte de poseer de serie un cutis impoluto es imposible describir lo ESPECTACULAR que queda. Siendo tan ligera tiene una cobertura media-alta muy modulable y adaptable, y no resulta un maquillaje pesado. 

Matifica genial, aunque en climas de calor extremo puede sacar brillos al cabo de un rato. Al ser una base con acabado empolvado en principio no sería necesario utilizar polvos después (además, es un crimen tapar el acabado tan precioso que deja), pero en situaciones de máximo calor o salidas nocturnas u otros eventos, no está de más fijar esta base con un poco de polvo para así prolongar su efecto matificante. 

Si por sí sola o añadiéndole polvo nos parece que queda demasiado mate, siempre podemos aportar jugosidad mediante el uso de iluminadores.

Dos puntos importantes: primero, hay que saber trabajar esta base. Tiene legiones de admiradoras, pero también detractoras que le critican que queda a pegotes y poco natural. A mí jamás me ha sucedido, pero es que no podemos aplicarnos una base en mousse (ni ninguna) como si fueran una pala de cemento: puesta con gran mesura y modulando la cantidad, Dream Matte Mousse queda perfecta y hermosísima, y nada artificial ni con pegotes. Y en segundo lugar: imprescindible que a la hora de aplicar este maquillaje tengamos la piel bien hidratada. De no ser así puede llegar a resecar alguna zona e incluso sacar pielecitas. Pero si humectamos bien la piel, eso no sucede. Ya sabéis que cuanto mejor tengamos el cutis, mejor quedará cualquier maquillaje.

Lo malo que para mí siempre tuvo: su escasa duración. Es una característica que me comparten los productos en mousse de Maybelline: he tenido coloretes y sombras de la colección Dream Matte y les sucedía lo mismo. Esta base en mi piel no aguanta más de 4-5 horas, y con suerte. Una verdadera lástima, porque en todo lo demás es sensacional. Dura poco, pero mientras lo hace, el resultado es para desmayarse.

Pese a tal defecto (aunque no me importa retocar) y que a lo largo de los años probara otras bases, siempre me fue imposible olvidar lo PRECIOSA que queda puesta, y tarde o temprano volvía a comprarla. ME ENCANTANo negaré que me influye el factor nostálgico: fue una de mis primeras bases, y la que más utilicé cuando empecé a salir de fiesta. 

No descarto volver a comprarla, si bien ahora prefiero otro tipo de bases, pero ya digo que me es imposible olvidarla.

Contiene 18 gramos. Parece poco pero cunde muchísimo, a mí cada tarro me duraba unos 8-9 meses (si bien no me maquillo todos los días). 

Con el paso del tiempo ha ido bajando de precio: actualmente cuesta 6.95 euros en perfumerías.

Un clásico nostálgico e imprescindible en mi vida. No es perfecta y hay bases mejores, pero personalmente tengo que darle un 10.

NOTA: 10 / 10