Qué decir que no se sepa ya acerca de esta mítica y archifamosa base de maquillaje, la cual es el best-seller por excelencia de la firma Estée Lauder, y el maquillaje de gama alta más vendido del mundo.
Lo he tenido tres veces. Fue uno de mis primeros maquillajes en una época por suerte lejana donde mi cutis era el festival de la grasa y brillos. Me iba genial: es un fondo especialmente diseñado para pieles mixtas-grasas, aunque también funciona a la perfección en cutis normales. Muy desaconsejado en pieles secas.
El acabado es mate PERFECTO. Se mantiene inalterable durante toda la jornada y una vez aplicado se queda totalmente fijo: no mancha ni transfiere a la ropa. No en vano, Double Wear es muy utilizado por profesionales para maquillar a novias. Esta característica, la de su enorme duración, es la seña estrella de este maquillaje, unido a su altísima cobertura: las pieles con imperfecciones amarán esta base.
Tiene legiones de adoradoras, pero también detractoras que le critican que es muy densa y que queda acartonada y artificial. Personalmente opino que es cuestión de saber trabajarla: si la ponemos a pegotes y en cantidad considerable por supuesto que parecerá que nos hemos puesto una máscara. Pero si se aplica muy poca y se trabaja y difumina bien, yo nunca le noté esas pegas. Es un error que cometen muchas mujeres: ponerse 10 kilos de base creyendo que así cubrirán y mejorarán al máximo el aspecto de la piel. Aplicada con mesura y bien trabajada, con esta base es posible obtener un acabado desde ligero y natural, hasta cubriente y sofisticado. Pero de acartonada y careta, nada.
Al tener que aplicar muy poca cantidad cunde muchísimo: cada frasco me duraba un año / año y poco.
Es un maquillaje extraordinario. Contiene 30 ml y ronda los 40-45 euros.
Al tener que aplicar muy poca cantidad cunde muchísimo: cada frasco me duraba un año / año y poco.
Es un maquillaje extraordinario. Contiene 30 ml y ronda los 40-45 euros.
NOTA: 10 / 10