miércoles, 17 de septiembre de 2025

Sobre la asquerosa campaña para que dejáramos de comprar el pintalabios marroquí

El pintalabios marroquí lleva vendiéndose 60 años lo menos. En España fue mega boom en 2014 cuando famosas como Sara Carbonero, Eva González y Vanesa Romero dijeron que les encantaba. Esto dio lugar a que montones de mujeres lo buscaran como locas: se convirtió en el cosmético más popular y codiciado y la demanda era brutalísima, hasta el punto de viajar a Marruecos solo para comprar muchos y luego revenderlos aquí, obviamente más caros (en Marruecos se pueden encontrar por 50-80 céntimos una o dos unidades). 

Más adelante haré reseña. Hoy me voy a centrar en otro tema.

Como la envidia es muy mala -y cuando nos tocan el dinero ni te cuento- supongo que a empresas patrias no les hizo ninguna gracia que este producto arrasara tantísimo, y puede que hasta notaran descenso en las ventas de sus labiales. El caso es que alguien orquestó en la sombra, y rápidamente empezaron a surgir artículos alarmistas y pachangueros que ponían a caldo el pintalabios: que no se fabrica en Marruecos (la tortilla francesa en realidad es española pero voy a dejar de comerla por no ser francesa), que no lleva lista de ingredientes (tengo labiales de 30 euros que tampoco), que no es natural y podía no ser seguro (como el 95% de cosméticos). En especial fue muy sonado el que publicó la OCU, cuyos "análisis" me merecen la misma fiabilidad que yo dictando clases de física molecular.

Respuesta de la clientela: sin investigar ni dudar ni plantearse nada por sí mismas, se lo creyeron todo a pies juntillas y dejaron de usarlo y comprarlo. OCU y demás payasos lo hicieron de maravilla y el resto vino solo: cesó el furor por el pintalabios marroquí y cayó en el olvido.

Esas "acusaciones" tenían su justificación. Aquí un articulazo magnífico (felicidades a su autora). Yo no me enrollo porque ella lo ha explicado todo a la perfección.

Recientemente me hice con tres, adquiridos en Rabat. No conozco labial que me deje un rosa tan precioso y ahora tengo pintalabios marroquí para años, y cuando los termine seguiré comprándolo. Y lo que digan los sensacionalistas de pandereta = "Ladran, Sancho...".

El pintalabios marroquí te podrá gustar o no, pero aquella campaña de acoso y derribo que le hicieron fue VOMITIVA. Claro que sabiendo cómo son hoy la mayoría de medios de "información" españoles, como para sorprenderse.