Esta es mi actual máscara de pestañas. La alterno con una mini-talla de la alucinante Damn Girl de Too Faced. Debo confesar que junto al precio, la otra razón para adquirirla fue su envase en color violeta (mi favorito).
Es la Super Curler 24hr de Rimmel London. Típica máscara que se centra en rizar: asegura que sustituye al rizador de pestañas -nunca he utilizado uno, así que ni idea-. Con su innovadora fórmula que curva las pestañas hasta 90º, su cepillo moldeado según la forma del ojo construye un volumen hiper-curvado durante 24 horas.
La verdad es que prefiero las máscaras con cepillo tradicional, recto, no estos curvados. Pero no molesta. Lo importante es que cumple su cometido y deja las pestañas muy bien.
No puedo opinar con certeza acerca de lo del rizo, ya que mis pestañas son naturalmente rizadas y no sabría decir hasta qué punto les influye o no esta máscara. Eso sí: para pestañas rizadas a lo bestia me quedo con la Roller Lash de Benefit, que es de las caras pero vale cada céntimo.
Respecto a volumen, largura y resultado global me resulta una máscara correcta, sin más. Como ya tengo buenas pestañas es muy raro que una máscara no me funcione, y es lo que sucede con ésta: su buen resultado se debe más a la materia prima que al producto en sí. Me ha pasado con otras. La cuestión es que tengo que trabajarla a conciencia para conseguir el mismo acabado que otras máscaras me ofrecen con una o dos pasadas. Por ello, si tenéis pestañas escasas o cortas, yo me iría a otras máscaras. Solo la recomendaría si ya tenéis pestañones: ahí sí que aporta un resultado impecable. Pero lo dicho: para mí es una más, del montón (y suma que no me emocionan estos cepillos curvos). No repetiré.
La verdad es que prefiero las máscaras con cepillo tradicional, recto, no estos curvados. Pero no molesta. Lo importante es que cumple su cometido y deja las pestañas muy bien.
No puedo opinar con certeza acerca de lo del rizo, ya que mis pestañas son naturalmente rizadas y no sabría decir hasta qué punto les influye o no esta máscara. Eso sí: para pestañas rizadas a lo bestia me quedo con la Roller Lash de Benefit, que es de las caras pero vale cada céntimo.
Respecto a volumen, largura y resultado global me resulta una máscara correcta, sin más. Como ya tengo buenas pestañas es muy raro que una máscara no me funcione, y es lo que sucede con ésta: su buen resultado se debe más a la materia prima que al producto en sí. Me ha pasado con otras. La cuestión es que tengo que trabajarla a conciencia para conseguir el mismo acabado que otras máscaras me ofrecen con una o dos pasadas. Por ello, si tenéis pestañas escasas o cortas, yo me iría a otras máscaras. Solo la recomendaría si ya tenéis pestañones: ahí sí que aporta un resultado impecable. Pero lo dicho: para mí es una más, del montón (y suma que no me emocionan estos cepillos curvos). No repetiré.
He tenido máscaras de Rimmel London que me han gustado más, como la excelente Wonder´Fully Real, o la tristemente desaparecida Magnif´Eyes. ¡¡Menudas pestañazas con ambas!!.
Contiene 12 ml y solo costó 4.95 euros en Druni.
NOTA: 6 / 10