Dentro de Yves Rocher este producto pertenece a la gama Monoi de Tahití, en la que destaca el aceite de Monoi: uno de los productos best-seller de la marca francesa. A ver si un día me acuerdo y lo compro.
El Monoi es un aceite natural producido a partir de unas flores (tiaré) de la Polinesia francesa; isla de Tahití concretamente. Es muy hidratante e ideal para piel y cabello. Encima tiene fama de poseer un aroma fabuloso.
Yves Rocher nos ofrece esta línea compuesta de varios productos con Monoi. Yo solo he utilizado el gel para cuerpo y cabello, y ya digo que quiero probar el famoso aceite.
Es un 2 en 1: gel de ducha y champú, por lo que es muy práctico para viajes, gimnasio... No tiene parabenos ni siliconas y posee una base lavante muy suave y de origen vegetal. No es que tenga una concentración altísima de Monoi: solo un 0.3%. Eso sí: no sé cómo olerá el Monoi puro pero este gel huele genial. Una fragancia muy fresca, dulce y paradisíaca: su fama no es injustificada. El envase es una monada, y al ser estrechito es cómodo a la hora de manipularlo y llevarlo por ahí.
Está especialmente indicado para usar en verano después de la playa o piscina, aportando ese aroma tan tropical y exótico. Y con su fórmula especial elimina los últimos restos de arena y productos solares aunque esto me suena a publicidad estúpida de las buenas, dado que cualquier gel de ducha o champú hace eso. Y lo del uso en verano: yo lo usé igual en agosto que ahora mismo a finales de octubre. Puede utilizarse cuando se quiera.
Resultado: muy normalito. Como gel de ducha, pues uno más. Y la motivación de comprar este gel se va a la borda por lo siguiente: mientras te duchas huele de maravilla, pero una vez te secas la piel el olor a Monoi es inexistente. No perdura nada. Ya me dirás qué "éxito", cuando el gancho de este producto es su olor.
Como champú es el típico sin siliconas muy suave que se limita a limpiar y ya. Es un champú super básico. No esperemos ningún cuidado especial, y directamente la que tenga el pelo seco o estropeado que se abstenga de usarlo, pues se le va a quedar cortísimo e incluso puede llegar a resecar. No hidrata ni nutre absolutamente nada (espero que el famoso aceite sea más eficaz). Solo sirve si nuestro cabello está en perfecto estado y no precisa cuidados más intensos. A los hombres les irá bien, al igual que a niños y mujeres con pelo virgen. Pero si os plancháis, teñís etc, se queda muy corto. Y eso que yo ahora mismo no tengo el pelo estropeado ni seco, por lo que puedo permitirme usar este champú y me lo deja bien: limpio y suelto... pero aun así, prefiero mil veces otros.
Y lo del chasco del olor en la piel, pues aquí lo mismo: tampoco se queda en el cabello.
Contiene 200 ml. Es poco pero me está cundiendo que no veas; también porque lo uso puntualmente, ya que reitero que prefiero otros champús. Aunque como gel de ducha sí lo estoy usando con frecuencia.
Resumiendo: cumple pero es muy normalito, y muy decepcionante que no perdure el olor. No merece la pena, salvo en todo caso como producto 2 en 1 para gimnasio y viajes (se vino conmigo cuando realicé el Camino de Santiago).
Cuesta 3.60 euros pero con los descuentos de la marca se queda en 1.95 e incluso algo menos. Muy bien de precio, pero es que a mí me salió gratis debido a un tarjetón de Yves Rocher donde lo regalaban al efectuar cualquier compra. Me encanta cuando Yves Rocher regala cosméticos y más cuando son tamaño venta: ya podrían hacerlo más a menudo en lugar de regalar tanto neceser cutre.
NOTA: 5 / 10