La toga es un método casero para alisar el pelo sin dañarlo nada, pues no se necesitan aparatos de calor. Muy popular y clásica: ya se la hacían nuestras madres y abuelas antes de que se inventaran las planchas. Incluso la realizaban en peluquerías. Su época de furor fueron los años 70, donde a falta de los aparatos modernos la toga era la salvación para las mujeres que querían lucir cabello liso (las más valientes hasta se lo alisaban con la plancha de la ropa).
Pese a su antigüedad, la toga no ha perdido vigencia debido a sus geniales resultados. Muy indicada para cabellos que ya son bastante lisos (como el mío, que es el típico liso por arriba y ondulado en las puntas). Melenas semi-lisas y onduladas obtendrán resultados 100% satisfactorios. En cabellos rizados o muy rizados no sé si funcionará; todo es probar.
Pese a su antigüedad, la toga no ha perdido vigencia debido a sus geniales resultados. Muy indicada para cabellos que ya son bastante lisos (como el mío, que es el típico liso por arriba y ondulado en las puntas). Melenas semi-lisas y onduladas obtendrán resultados 100% satisfactorios. En cabellos rizados o muy rizados no sé si funcionará; todo es probar.
- Primero hay que lavar el pelo, pues la toga requiere que esté limpio y mojado. Antes de empezar a hacerla puede usarse algún spray o sérum de alisado, aunque yo nunca aplico ningún producto y me funciona de 10.
- Una vez tenemos el pelo recién lavado y húmedo, lo desenredamos a la perfección.
- Colocamos un rulo (cuanto más gordo mejor) en la parte alta de la cabeza.
- Hacemos la raya a un lado, cogemos todo el pelo en un mismo mechón y lo vamos liando alrededor de toda la cabeza, de un lado a otro y peinándolo muy bien para que quede estirado. Para que no caiga ni pierda el liso iremos sujetando el pelo con pinzas, de forma suave pero firme.
- Al terminar quitamos el rulo y enroscamos el mechón como hemos hecho con el resto del pelo: quedará rodeando la cabeza como si fuera un turbante.
- De forma opcional, ahora podemos colocar una redecilla. Esperar unas horas (1, 2, 3... dependiendo de lo rápido que seque nuestro pelo, y recordar que cuanto más tiempo lo dejemos más liso quedará) hasta que esté completamente seco. Luego repetir lo anterior en sentido contrario a como lo hayamos hecho la primera vez: si llevamos el pelo hacia la derecha pues ahora hacia la izquierda. De nuevo, esperar hasta que se seque ese lado. Para acelerar el proceso podemos pasar un poco el secador en aire frío (es tontería dar aire caliente si justo lo que buscamos con la toga es evitar dañar el pelo con calor).
- Una vez secos los dos lados, quitamos las pinzas y ya está: pelo super liso y además con mucho volumen.
NOTA: yo no me hago lo del rulo y directamente paso al punto siguiente: me hago la raya lo más al lado posible (prácticamente en la oreja) y a partir de ahí voy llevando todo el pelo hacia un lado, rodeando la cabeza, al tiempo que lo voy sujetando con las pinzas. Y tampoco hago lo de repetir el proceso en el otro lado: a mí ya me queda lisa toda la melena haciéndolo solo en un lado -por eso hago la raya tan a un extremo; porque así me permite dejar agarrado todo el pelo de una vez-. Tampoco me pongo redecilla ni uso secador.
Por tanto, reduzco bastante el tiempo del proceso. Y pese a que leyéndolo pueda parecerlo, en la práctica no es engorroso ni lleva trabajo. Yo tardo un par de minutos en hacérmelo y luego ya es esperar unas pocas horas a que se seque el pelo mientras veo una película, leo, juego a un videojuego, etc. No me conlleva ninguna dificultad ni rollazo, y me compensa esperar ese tiempo y a cambio no destrozarme el pelo con aparatos.
Mi forma de realizar la toga se inspira en este vídeo (explicado de maravilla por la chica). Ella tampoco hace lo del rulo.
Una vez quito las pinzas, mi cabello está completamente liso y con un volumen que flipas. La última vez que me la hice fue hace unas semanas que me fui tres días fuera, y me la realicé la noche antes y dormí con ella puesta (ésto no creo que vuelva a hacerlo: es incómodo por las pinzas, por lo que prefiero dejármela puesta cuando no esté durmiendo). A la mañana siguiente retiré las pinzas y el alisado me duró los tres días, hasta que regresé y me lavé el pelo.
Plancha usaré tres veces al año (literal) y secador jamás, pues tengo la inmensa suerte de que mi pelo lavado y secado al aire ya se queda con forma bonita -liso hasta los hombros y puntas suavemente onduladas-, y en consecuencia no necesito pasar mil horas en el baño moldeándolo para llevarlo bien. Pero en alguna ocasión puntual en la que me apetece alisarlo en plan tabla, la toga es muy buena opción.
Quitando que has de tener tiempo para dejarla puesta, la toga es perfecta pues consigues un alisado perfecto y con mucho volumen y cuerpo, con el plus de que no quema ni daña nada el cabello.
Obviamente, solo recomiendo la toga para ocasiones muy puntuales y donde vayamos sobradas de tiempo. A una mujer que quiera alisarse el pelo todos los días o muy a menudo está claro que la toga se le va a hacer un rollazo, y en esos casos sí es preferible optar por planchas. Al igual que si un día decides que te lo quieres alisar a última hora; caso en el que la toga es imposible, por las horas que requiere.