Hace pocos días terminé este tónico.
Ya he contado que me gustan mucho los productos faciales de la alemana Cien (venta en supermercados LIDL). Exceptuando un bálsamo labial que ni fu ni fa, el resto de cosméticos para el rostro que he usado de esta marca me han ido de 10: una leche limpiadora, discos desmaquillantes y tres cremas hidratantes -Q10, Time Control y Aqua-.
El último que se les une es este tónico, si bien le ha ocurrido lo mismo que al bálsamo de labios: no me ha emocionado.
Es un tónico facial sin alcohol indicado para piel seca y sensible. La mía no es así, pero me llamó por lo del alcohol. Contiene un complejo hidratante que mantiene el equilibrio natural del cutis al tiempo que lo hidrata. Su fórmula sin alcohol con extractos de flor de loto y seda (como la leche limpiadora) purifica y limpia la piel sin irritarla, dejándola suave y sedosa.
Realiza su función correctamente, siendo una buena ayuda secundaria al uso previo de limpiadora. Si bien hay productos limpiadores con los que no necesito usar tónico después; de hecho hacía años que no los usaba y creo que a partir de ya vuelvo a esa costumbre. El tónico facial me parece un producto 100% innecesario y prescindible, otro engañabobos de las empresas cosméticas, y no soy la única. Mismamente la leche limpiadora suave de Cien: limpia tan tremendamente bien que no necesitaba complementar después con nada.
Deja la piel fresca y suave y huele bastante bien. Sin ser nada del otro mundo, le mete mil patadas al anterior tónico que usé: éste de Biocura (supermercados Aldi) que era como no echarse nada y encima olía que tiraba para atrás. Y el de LIDL realmente no tiene nada de alcohol, no como el de Aldi, que especifica en la etiqueta "sin alcohol" y luego leías los ingredientes y ejem ejem...
Es mejor tónico que ese, pero tampoco nos volvamos locas. Aparte de que no le noté nada maravilloso en cuanto a resultados en el rostro, hubo una cosa que ODIÉ: su penoso sistema de aplicación.
El frasco tiene en la tapa un dosificador bastante "especialito": hay que colocar un disco desmaquillante encima y presionar lentamente hacia abajo: así el disco se impregna automáticamente de tónico.
Sinceramente, hay que ser la emperatriz de las vagas para que a alguien le suponga "incomodidad" girar un frasco de tónico y aplicarlo en el disco. Este método no es más absurdo porque es imposible. Y ya no es solo que sea ridículo: es que busca ser fácil y cómodo, y consigue todo lo contrario.
En lugar de lo que se hace siempre (girar el frasco y ya está, y encima controlas tú la cantidad que echas), con este "sistema" tienes que poner el disco sobre el dosificador y presionar hacia abajo varias veces. Con una sola no impregna bien. Y conforme vayamos acabando el tónico, hay que apretar más veces cada vez. El pitorrito a veces se atasca, se pone duro y hay que hacer fuerza con el dedo para que consiga bajar, y he llegado a hacerme daño, ya que el pitorrito se "clava" en el dedo. Tienes que dar varias presiones, te puedes hacer daño, tardas más.... ¿y esto es un sistema de "fácil aplicación"? un engorro más bien. Intenté quitar la tapa para pasar el tónico a otro bote más cómodo, pero no se puede.
Aparte, al tener que dar varias presiones hasta impregnar el disco, se acabó en muy poco tiempo. No me ha durado ni 3 meses, cuando otros productos limpiadores me duran mínimo 6.
Contiene 250 ml y solo cuesta 1.20 euros. Es correcto en cuanto a resultados en el rostro, y está tirado de precio... pero por culpa de ese sistema de aplicación no quiero ni verlo. Cuando lo acabé me faltó hacer fiesta.
Objetivamente es mejor tónico que el que usé antes, pero ha terminado pareciéndome incluso peor, debido a lo que odié ese dosificador.
De todos modos ya digo que no creo que vuelva a comprar tónicos en un tiempo largo, porque para lo que hacen...
De todos modos ya digo que no creo que vuelva a comprar tónicos en un tiempo largo, porque para lo que hacen...
NOTA: 4 / 10