Éste fue uno de los primeros correctores que tuve, y como no podía ser de otra forma con mi amada Estée Lauder su calidad no defrauda. Como la idolatrada base de maquillaje de la misma colección: best-seller absoluto de la firma y el maquillaje más vendido del mundo.
Double Wear Stay-in-Place Concealer es un corrector líquido de alta duración: promete permanecer 15 horas inalterable. Es resistente al agua y humedad. Oculta ojeras, manchas, rojeces y demás imperfecciones de la piel. Su acabado es satinado y radiante, y pese a ser muy cremoso es libre de aceites. El color no se altera con el paso de las horas. La firma explica en su web: Contiene nuestros nuevos Polímeros SkinFlex que aseguran la cobertura durante horas. El producto permanece flexible sin cuartearse ni apelmazarse ante cualquier gesto de la piel. Además, un complejo super hidratante aporta ingredientes emolientes que acondicionan la piel.
Cumple todo lo que promete, siendo un corrector en verdad excelente. Queda precioso puesto, cubre perfectamente, no reseca ni se cuartea, su duración en la piel es altísima, y cunde muchísimo.
Lo único que podría criticarle -aunque no es culpa del producto- es que yo prefiero los correctores sólidos en tarro o barra. Los líquidos nunca me han terminado de emocionar. Y que pasado un tiempo adquirió un olor muy rancio: signo inequívoco de que se había estropeado. Tuve que tirarlo sin haberlo acabado.
Lo único que podría criticarle -aunque no es culpa del producto- es que yo prefiero los correctores sólidos en tarro o barra. Los líquidos nunca me han terminado de emocionar. Y que pasado un tiempo adquirió un olor muy rancio: signo inequívoco de que se había estropeado. Tuve que tirarlo sin haberlo acabado.
Fuera de eso, me parece un producto intachable. Su precio ronda los 29 euros y puede adquirirse en cualquier punto de venta Estée Lauder.
NOTA: 9.5 / 10