El eyeliner en gel (tarrito y pincel) es mi producto favorito para delinear los ojos en negro: desde que los descubrí nunca puede faltarme uno, pues quedan hiper-negrísimos y me duran como recién puestos hasta que desmaquillo: ya pueden pasar 5, 10, 15 horas que no se me van en todo el día o noche, a diferencia de la mayoría de lápices los cuales se me suelen empezar a correr en nada y no me quedan tan negrísimos como los delineadores en gel. Además, un tarrito me dura año y medio / dos años perfectamente.
He usado de Bobbi Brown y Maybelline y he repetido con ambos: los adoro. Hace poco terminé el de Maybelline, y como llevaba dos seguidos, por cambiar pensaba comprar el Intenza de L´Oreal o repetir con el de Bobbi Brown.
Al final adquirí el de Rimmel London, que yo ni sabía que tenía eyeliner en gel: lo vi en la perfumería cuando fui a por el de L´Oreal, y como tenían una promoción con Rimmel London donde te rebajaban muchísimo el segundo producto y también fui a por un polvo (éste), me decanté por este delineador. Me salieron los dos por menos de 8 euros.
Es el eyeliner en gel waterproof Scandal Eyes. Y hablando en plata: ES HORROROSO.
Es el eyeliner en gel waterproof Scandal Eyes. Y hablando en plata: ES HORROROSO.
Y a la hora de pintar: madre de Crom. No queda negrísimo como otros eyeliner en gel sino más tirando a grisáceo, muy apagado. Potencia del negro mediocre. Y una vez estás maquillando le cuesta horrores asentarse sobre el párpado. Hay que dar varias pasadas para conseguir una raya en condiciones: se trabaja FATAL. Encima de que tiene poca pigmentación, le cuesta pintar. "Igualito" que los otros eyeliner en gel que he usado, que con una sola pasada me dejan una línea hiper-negrísima y 100% precisa.
Cuando por fin conseguimos pintar una buena raya (que repito: le cuesta), entonces podríamos decir: "bueno, si al menos ahora me dura puesto...". Pues no: tiene una fijación y durabilidad DE RISA. No se fija nada bien y se queda como a parches, y en la raya se van formando costritas y pegotes negros que se van emborronando y desmenuzando, acabando en motitas negras sobre las pestañas, bajo el ojo y en la mejilla. Y no ya solo estéticamente sino que dichas motitas también se meten en el ojo, con la incomodidad y posible picor que puede producir. Y como usemos lentillas eso ya es el horror absoluto, pues las motitas se quedan pegadas a la lentilla, y luego para limpiar eso ríete del Apocalipsis.
Total: que a las pocas horas de llevarlo puesto tengo la raya corrida y convertida en una sucesión de costritas negras que van cayendo sobre el rostro en forma de puntitos negros. "Guapísima", vamos. No tocarnos nunca los ojos cuando lo llevemos puesto, porque se va con rozarlo. Si se pasa un dedo por el párpado se lleva lo negro. "Igual" que mi eyeliner anterior, con el que me duraba la raya como recién hecha desde la mañana hasta la madrugada.
El pincel es malísimo también: no pinta con precisión y cuesta hacer unas buenas líneas con él. Nada que ver por ejemplo con el pincel que incluye el eyeliner en gel de Maybelline, que con ese te haces la raya con los ojos cerrados.
Menuda joyita. Es que no tiene NADA bueno.
Contiene 2.4 gramos de producto: algo menos que los 3 gramos que suelen llevar otros eyeliner en gel.
Costó 6 euros nada más (y regala el pincel), pero NO compensa. En mi caso han sido 6 euros perdidos, cuando por 2 más podría haber vuelto a comprar el de Maybelline o probar el de L´Oreal, que fijo que también le da 200.000 patadas a éste.
Anoche lo tiré a la basura. Ambos: tarro y pincel. Mira que ya debe ser MALO un cosmético para que yo no quiera seguir usándolo, y que lo haya tirado cuando hace poco más de un mes que lo compré.
Rimmel London es una firma cuyos productos siempre me han ido genial, y muy raro ha sido el que me ha parecido horrible (solo tres -comentados en el blog- en unos 15 años). A esos se suma ahora este eyeliner, que desde luego es el peor producto que he usado de esta marca.
Con permiso del spray Colorista de L´Oreal y a falta de acordarme de algún otro, este eyeliner debe ser el peor cosmético con diferencia que he usado en lo que llevamos de 2017.
Hasta tal punto me ha disgustado, que se me han quitado las ganas de usar eyeliner en gel al menos en un tiempo. Como sustitución me he comprado un lápiz, y seguramente pruebe en breve algún eyeliner líquido o rotulador.
Costó 6 euros nada más (y regala el pincel), pero NO compensa. En mi caso han sido 6 euros perdidos, cuando por 2 más podría haber vuelto a comprar el de Maybelline o probar el de L´Oreal, que fijo que también le da 200.000 patadas a éste.
Anoche lo tiré a la basura. Ambos: tarro y pincel. Mira que ya debe ser MALO un cosmético para que yo no quiera seguir usándolo, y que lo haya tirado cuando hace poco más de un mes que lo compré.
Rimmel London es una firma cuyos productos siempre me han ido genial, y muy raro ha sido el que me ha parecido horrible (solo tres -comentados en el blog- en unos 15 años). A esos se suma ahora este eyeliner, que desde luego es el peor producto que he usado de esta marca.
Con permiso del spray Colorista de L´Oreal y a falta de acordarme de algún otro, este eyeliner debe ser el peor cosmético con diferencia que he usado en lo que llevamos de 2017.
Hasta tal punto me ha disgustado, que se me han quitado las ganas de usar eyeliner en gel al menos en un tiempo. Como sustitución me he comprado un lápiz, y seguramente pruebe en breve algún eyeliner líquido o rotulador.