Me encanta MAC (no hay más que ver que a los productos que he comentado hasta ahora, a todos les he puesto un 10). Pese a ello no me parece una marca imbatible: tiene cosas tremendas pero también otras más normalitas que ni de lejos merecen el bombo que se le da a esta firma.
Como bien prueba mi decepción estrella con MAC: el archifamoso polvo Blot, considerado el polvo matificante por excelencia. Lo compré ilusionadísima dado que no paraba de leer maravillas sobre él, de que no existía polvo mejor.
Es un compacto diseñado para eliminar los indeseables brillos: absorbe el exceso de grasa y evita los brillos del cutis. O al menos en teoría. Porque en mi caso, el brillo no tardaba en volver a aparecer y matificaba de forma pobre. Le eché en falta más poder matificante y duración. Manda narices que polvos económicos como los extraordinarios Maderas de Oriente y el Creme Puff de Max Factor me matifiquen infinitamente más y mejor.
Y una cosa que odié de este producto: la borla me pareció horrenda. Es muy dura y costaba aplicar el polvo con ella, y no digamos conforme se fue acabando e iba quedando menos producto por la parte central: al ser dura y no "doblarse" le costaba horrores coger polvo de los extremos. Era muy incómodo. Con brocha no había problema, pero si me llevaba el polvo por ahí y retocaba, qué "contenta" me tenía esta borla. Digo yo que para una firma de la categoría de MAC, no estaría de más que fabricaran aplicadores mejores.
El estuche es una monada de elegante y se le agradece que incluya espejo y aplicador para retocarnos fuera de casa... pero en lo primordial: menudo polvo más regulero. Ni lo acabé: cuando le quedaba poquito (se rompió, por cierto) fue directo a la basura. No digo que sea horroroso pero de una firma como MAC esperaba muchísimo más: que te salga dudoso un polvo de Maybelline y marcas así, pues bien. Pero de MAC....
Contiene 12 gramos y costó 24.50 euros; ahora ronda los 26. En mi caso se lo vuelve a comprar Rita, por muy MAC que sea.
NOTA: 4 / 10